Entra en vigor el Acuerdo de París

Entra en vigor el Acuerdo de París
04 / 11 / 2016

Llegó el día. Tras más de dos décadas de negociaciones para preparar un gran pacto mundial contra el calentamiento global, el Acuerdo de París entró en vigor en un tiempo récord el 4 de noviembre de 2016.

Negociado durante la XXI Conferencia sobre el Cambio Climático en París, adoptado en diciembre de 2015 y abierto a firma desde abril de 2016, la velocidad que ha tomado el acuerdo llama mucho la atención. Su antecesor, el Protocolo de Kioto, tardó más de siete años en entrar en vigor. El Acuerdo de París lo ha hecho en solo once meses.

Desde un punto de vista cualitativo, este acuerdo supera con creces al Protocolo. Para su entrada en vigor, se estableció que debía ser firmado por países que juntos sumaran más del 55% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Conseguirlo, en esta ocasión, no fue tan complicado como en el Protocolo de Kioto, pues el Acuerdo contó con el apoyo de China y Estados Unidos. Estos dos países, además de superpotencias económicas, sumaron en 2010 el 38% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.

La velocidad de ratificación del acuerdo, además de a la presencia de China y Estados Unidos, se debe tanto a la presión por parte de la sociedad civil como a la presión ejercida por la ciencia, que ha conseguido hacer permear en la sociedad una sensación de urgencia gracias a la publicación casi constante de informes que llamaban a la acción.

"La entrada en vigor del Acuerdo de París supone el pistoletazo de salida para el CMA, su órgano de gobierno"

 

¿Qué supone el Acuerdo de París? 

La entrada en vigor del Acuerdo de París supone, en primer lugar, la entrada en acción del CMA, su máximo órgano de gobierno, que tendrá ocasión de echar a andar en la próxima conferencia de la ONU sobre el cambio climático, la COP 22, celebrada en Marrackech, Marruecos.

Además de suponer el pistoletazo de salida para el CMA, la entrada en vigor del Acuerdo supone también trasladar el protagonismo a los planes nacionales. Cuando los países se adhirieron a este Acuerdo, además de comprometerse a solo revisar las medidas que llevasen a cabo al alza, también aceptaron fijar planes de acción específicos y estos serán los que, a partir del 4 de octubre, comiencen a dibujarse con mayor claridad.

Esta cuidada planificación se debe a que en la COP21 no se partió de cero. Los organizadores contaron con la experiencia aprendida durante más de veinte años, desde que se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992. Desde entonces, se han sucedido cumbres internacionales y reuniones a menor nivel que han llevado a que, para cuando los líderes mundiales se sentaron en 2015, el trabajo estuvieran muy avanzado.

"La oportunidad es única: Marrackech podría ser solo el principio"

 

Motivos para la esperanza 

Todo esto hace posible que el punto de partida sea mejor que en el caso del Protocolo de Kioto, aunque ello no resta dificultad a los ambiciosos objetivos que se han establecido en el Acuerdo de París. Los países firmantes se han fijado conseguir que en 2100 la temperatura del planeta se quede muy por debajo de dos grados centígrados respecto a niveles preindustriales, en el siglo XIX. La forma de conseguirlo serán los recortes en las emisiones, que comenzarán a partir de 2020, aunque será cada país el que establezca la forma de conseguirlo y no podrá ser penalizado por no cumplir.

Sin duda, esta libertad concedida a los Estados supone una importante limitación para el cumplimiento del Acuerdo, pero haber conseguido que Estados Unidos y China se sumaran y que los resultados solo puedan ser revisados al alza hace de él un punto de partida muy prometedor sobre el que comenzar a desarrollar un futuro más sostenible. Todo será cuestión de que las próximas Cumbres del clima estén a la altura. Marrackech, podría ser solo el principio.  

 

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